Una ilusión llamada Gasolina



El desabastecimiento de combustible en Valledupar es una realidad. Y digo una realidad porque a las 8:30 am de hoy, tuve que caminar aproximadamente 9 cuadras para tanquear mi motocicleta, porque sencillamente no había. Y con la poca que podías tropezarte en alguna recóndita esquina costaba el doble de lo normal. 

Desearía pensar que toda esta odisea para conseguir un poco de gasolina, no es un plan macabro de terceros para monopolizar el sector. Pero estamos en Colombia señores. El país donde cualquier cosa puede suceder. Extraño esos tiempos en donde las bombas de gasolina parecían esas reuniones perturbadoras a donde las personas no querían asistir. Lugares de fantasía e ilusión que solo existían por momentos, aunque siempre hubiesen estado allí en el camino, en la avenida; detrás de un centro comercial o a mitad de una calle transitada de paso obligado. 

Hoy por hoy se habla de cupos limitados en las gasolineras y del crecimiento paulatino de vendedores informales. Pero pocos bordean el  tema de los precios exagerados y la mezcla de otros productos utilizada para rendir el combustible que adquirimos y, créanme, es muy elevado a mi parecer. Por lo pronto, si tiene vehículo, piense que debe madrugar mañana para poder tanquear. Si tiene moto y está de afán, no se preocupe mucho, si lo desea puede pagar por ½ galón lo que cuesta 1 galón en la gasolinera. Sin embargo, recomiendo por estos días el uso de las bicicletas olvidadas en los garajes y en los patios de sus casas. 

Así ahorra un poco de dinero, se ejercita y cuida el medio ambiente.

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