Genesis
A través de tu oído encuentra cabida. Es un mínimo soplo que
se agudiza y penetra como alfiler. Dice tu nombre extasiado. Te repite
intensamente en ciclos que enumera del 1 al 10. Desea estar dentro de ti. Desea
ser parte tuya como otro órgano más, como otra vertebra. Al parecer tienes una
memoria opaca y muchos recuerdos que naufragan sin rumbo.
No recuerdas ni el más
mínimo detalle. Pareces superflua, inmersa tanto en ti. Recuérdame. Soy yo. Cierra
los ojos y ahonda un poco más en tu mundo imaginario. Algo debe haber en esa
cabeza férrea sin fe. Algo real puedes notar. No todo es invención. Eso que
escuchas soy realmente yo. Pero ni siquiera te inmutas. Me recuerdas el génesis.
Sosegado pero igualmente hábil para saltar al precipicio. Estaré aquí en
silencio por muchos años. Quizás escuches cuando repita tu nombre, pero no será
mi voz.
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