Pensamientos Salvajes
Son como animales salvajes buscando comida en el basurero.
Interponiéndose entre los barrotes del deseo y la pasión. Sin prisa, pero con
ansiedad de minimizar su agonía.
En ese estado de fascinación, habitan tus pensamientos más
trágicos y menos libres. Simplemente, asciendes en orbitas a otros mundos y
olvidas en la imaginación ese porcentaje de fe que se necesita para respirar.
Inmensa, trémula y lúgubre. Con la tenacidad de sobrevivir cueste lo que
cueste.
A veces contemplo tu necesidad de abarcar todos los espacios
y de propagarte como una onda sideral en cada baldío del aire. Sin embargo,
eres inmortalmente mortal. Libre de morir, sin pena ni gloria. Muy satisfecha
en esa posición de filántropa invisible que arraiga su condición en la
similitud existencial de los animales de la razón y la pubertad de las memorias
más excéntricas.
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